Noticiero A.M.
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Panamá/El mundo del fútbol está sumido en el dolor tras una noticia desgarradora: Diogo Jota, delantero del Liverpool y figura de la selección portuguesa, perdió la vida junto a su hermano menor André Silva, en un trágico accidente de tránsito en la madrugada de este jueves en España.
Ambos fallecieron cuando el vehículo en el que viajaban se salió de la vía y se incendió en una autovía cercana a Zamora, en la región de Castilla y León. La Guardia Civil confirmó que los servicios de emergencia no lograron hacer nada al llegar al lugar; los dos ya habían fallecido.
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Aunque la atención mediática se ha centrado en la pérdida de una estrella internacional como Jota, la historia de André Silva también ha tocado profundamente al fútbol luso. A sus 25 años, el mediocampista se encontraba en pleno crecimiento profesional en la segunda división de Portugal, defendiendo los colores del FC Penafiel, donde se había convertido en una de las piezas claves del equipo.
André heredó la pasión por el fútbol de su hermano mayor y compartieron vestuario en el FC Porto durante la temporada 2016/2017. Mientras Diogo brillaba con 20 años, André, con apenas 17, daba sus primeros pasos en las categorías juveniles del club. No logró afianzarse en el primer equipo, por lo que regresó a Paços de Ferreira, el club donde su hermano debutó profesionalmente. Luego pasó por los equipos Sub-23 de Famalicão y Boavista, además de una temporada en el Gondomar, antes de encontrar estabilidad en Penafiel.
En el conjunto penafidelense, André Silva demostró todo su potencial. Desde su llegada en 2023, disputó 63 partidos oficiales, anotó 7 goles y brindó 2 asistencias, desempeñándose como un mediapunta con capacidad de llegada. En la reciente temporada, solo se perdió un partido del primer semestre, siendo una pieza indispensable en la permanencia del club, que terminó undécimo con 45 puntos. Su último partido fue el 15 de mayo, cuando jugó los 90 minutos en un empate 0-0 ante el Chaves.
A lo largo de su carrera, disputó 143 encuentros profesionales, con 21 goles y 4 asistencias. Su valor de mercado, según Transfermarkt, era de 350.000 euros, y tenía contrato vigente con el Penafiel hasta el 30 de junio de 2026. El club fue uno de los primeros en expresar públicamente su pesar, compartiendo una imagen en blanco y negro de André recibiendo un trofeo como figura del partido y el mensaje:
“La pérdida de dos vidas tan jóvenes y conectadas al mundo del fútbol nos llena de dolor y consternación.”
El Penafiel decretó luto oficial y prometió rendirle homenajes en sus próximos compromisos deportivos.
La trágica desaparición de Diogo y André deja un vacío profundo, no solo en sus clubes y en la selección, sino también en los corazones de miles de aficionados. Ambos representaban no solo el talento de una generación, sino también el valor de la hermandad, el sacrificio y la pasión compartida. Su legado vivirá en la memoria del fútbol portugués.