Detención de popular cantante reabre debate sobre criminalización del funk en Brasil

Con influencias del hip hop, el funk norteamericano y otros géneros urbanos, el funk carioca habla sobre la realidad de la favela, la violencia y el crimen.

MC Poze do Rodo saluda a sus fans en Brasil
MC Poze do Rodo saluda a sus fans en Brasil / AFP
AFP
04 de junio 2025 - 12:08

Río de Janeiro, Brasil/La detención en Río de Janeiro de un popular cantante de funk, acusado de glorificar con su música a un poderoso grupo criminal, revivió una vieja polémica en torno a la criminalización de este género nacido en las favelas.

MC Poze do Rodo, de 26 años, fue detenido el jueves, al ser investigado por apología del crimen y vinculación con el Comando Vermelho (CV), uno de los grupos delictivos más temidos de Brasil.

El artista es uno de los grandes exponentes del funk brasileño, con 16 millones de seguidores en Instagram, donde se muestra con su familia y en conciertos, adornado con mucho oro y junto a celebridades como Neymar.

Según la investigación, su repertorio musical "hace clara apología" del tráfico de drogas y del uso ilegal de armas de fuego e incita enfrentamientos armados entre facciones rivales.

El músico "realiza shows exclusivamente en áreas dominadas por el CV, con la presencia notoria de traficantes armados con armas de grueso calibre, como fusiles", señaló la policía en un comunicado.

Su detención es un "mensaje para el grupo criminal y todos aquellos que romantizan y ayudan a difundir la narcocultura", advirtió.

Tras cinco días en prisión preventiva, un juez ordenó procesarlo en libertad con medidas restrictivas.

Salió de la cárcel el martes, arropado por decenas de fans que lo siguieron mientras saludaba desde un carro en actitud heroica. Poco antes, la policía había usado gas pimienta para dispersar a sus seguidores ante el centro penitenciario.

"No le gusto a la policía de Rio de Janeiro (...) ¿Por qué soy negro? "¿Por qué soy de la favela?", reclamó ante medios.

"Cantante de funk no es delincuente"

Marlon Brendon Coelho Couto, su verdadero nombre, creció en Rodo, una favela al oeste de Rio.

Ha reconocido que estuvo implicado en la venta de drogas, pero asegura que cambió esa vida por una carrera en la música, que ha sido meteórica.

Imágenes oficiales del artista sin camisa, esposado y escoltado por policías fuertemente armados polarizaron al país tras su detención.

Músicos, organizaciones sociales y admiradores se sumaron a una campaña en su defensa encabezada por su esposa, la influenciadora Vivi Noronha, con el lema "Cantante de funk no es delincuente".

La diputada trans Érika Hilton denunció que su prisión busca "proyectar en los negros, en las favelas y en las periferias todos los pecados del mundo".

Pero un amplio sector de la sociedad celebró verlo tras las rejas y protestó por su liberación, entre ellos el expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro, que posteó un emoticón de payaso junto a la foto del cantante.

¿Libertad artística o apología?

Con influencias del hip hop, el funk norteamericano y otros géneros urbanos, el funk carioca habla sobre la realidad de la favela, la violencia y el crimen.

Sus letras son a menudo controvertidas, como estos versos de Poze: "Solo soldado preparado / menor descontrolado; / si los policías aparecen, / bala van a comer".

En otras, canta un "homenaje" a hombres abatidos "tirando bala por el Comando Vermelho".

Para Danilo Cymrot, doctor en criminología e investigador, existe una "zona gris" en la definición de apología cuando se trata de obras artísticas.

"No necesariamente el autor está de acuerdo con aquello que canta", explica a la AFP Cymrot, autor del libro "O funk na batida: baile, rua e parlamento".

A eso hay que agregar que "muchas veces la policía y el poder judicial tienen dificultad para entender el funk como una obra artística".

Por ello, sostiene, a menudo lo que define si es apología acaba siendo el origen social. "Es menos el mensaje en sí y más quién lo está cantando".

El juez que liberó a Poze consideró en su fallo que deberían apresar no "al más débil" sino "a los comandantes de la facción temeraria, abusiva y violenta".

Pero el debate en torno al funk es antiguo. Hace más de una década, el gobierno de Fortaleza (noreste) sancionó una ley que prohíbe la contratación de artistas que incentiven la violencia.

Proyectos similares conocidos como "ley anti-Oruam" —en referencia al rapero Oruam, hijo de un conocido líder criminal brasileño— se discuten actualmente en legislativos de Sao Paulo y otras ciudades y estados.

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